La finca Can Xisco es una construcción tradicional de las Baleares, está situada en Génova, Mallorca. Vivienda de una sola planta, con diferentes espacios. Toda la parte de construcción fue a cargo de Masico Aguilar, y los acabados con cal a cargo de Sònia Luna.
La reforma respetó totalmente la construcción tradicional; la única modificación fue conectar todos los espacios, dando una función especifica a cada uno; todos ellos tienen acceso directo al exterior y a la vez están conectados por el interior.
Se rehizo todo el tejado, conservando las mismas tejas, y todas las vigas de madera que se encontraban en buenas condiciones. Solo se sustituyeron las que no garantizaban su estabilidad; las nuevas, también de madera , se acabaron igual que las originales. El entrevigado se rehizo con cañizo respetando el aspecto histórico, se contrató a un artesano local que trabaja a la manera y con materiales totalmente tradicionales. Los aislamientos térmicos de la cubierta, se hicieron con cal, arena y arcilla.
La fachada se reparó con el mismo mortero de base que en el interior y se acabó con pintura de cal 100% artesanal, con árido de mármol de granulometría pequeña.
A las ventanas se le hicieron unos marcos que reseguían las ventanas que finalmente se pintaron de un color gris azulado.
En el interior se optó para hacer un mortero mixto de base, directamente sobre los muros de piedra natural, una mezcla de: arena, cal área y cal hidráulica.
Como acabado se eligió también un estuco de cal área con áridos de mármol, en blanco, acabado deslizado satinado, sin buscar la total planimetría de las paredes, sino conservando la forma de estas; un acabado muy orgánico que deja ver la personalidad de una construcción tradicional.
Los pavimentos también se hicieron con un autoanivelado de base y acabado con cal área y pórtland para dar dureza. En este caso se utiliza el pórtland como pigmento para conseguir un gris plateado.
