Este es uno encargo muy curioso, divertido y enriquecedor.
Una buena clienta nos encargó la decoración del archivo/biblioteca de la vivienda familiar situada en Encamp, Andorra.
Su idea era tapar todas las partes de los muros que se habían tenido que construir con sistemas actuales (ladrillo cerámico), y no quedaba ligado con el resto de los muros originales que eran de piedra natural. Nos pidió realizar una pintura al fresco, que pareces antigua… que pareces que se había encontrado en los muros cuando se hicieron las obras de remodelación. Genial!
Dejó también en nuestras manos el diseño de las pinturas. Esta parte se encargó al artista Anna Ripoll Agulló.
El primero fue rejuntar la piedra natural de los muros originales. Después se posaron los morteros de base en los muros nuevos. Se optó para dar un poco de color al mortero. Así, ya no resultaba tan limpio. Se repartió y se calcó del dibujo al muro, dejándolo inacabado en los laterales para dar más credibilidad. Se pintó el dibujo con la técnica al fresco. Es decir, trabajando cada una de las partes con la pasta de base fresca (capilla Sixtina) consiguiendo así que el mismo mortero sea el aglutinante para el color. Esta es una técnica duradera por siglos (Pompeya).
Cuando ya estaba acabada la pintura, lo que hicimos para envejecerla fue reproducir lo que hubiera pasado en condiciones normales, es decir, la tapamos con una capa de mortero y la dejamos durante 48 horas. Después procedimos a retirar esta capa de mortero superficial y destapamos la pintura.
¡El resultado fue perfecto! Conseguimos el efecto buscado y la clienta quedó muy satisfecha; cuando tiene invitados consigue que de entrada piensen que las pinturas ya estaban en los muros de la finca… después, les explica el proceso.
